Cuando CAHUCOPANA nos convocó a participar en la segunda acción humanitaria, nos alegró mucho saber que podríamos compartir en la solidaridad con un pueblo que, al parecer, estaba muy lejos de nosotros. Los campesinos del Nordeste Antioqueño desde hace 5 años están viviendo un bloqueo de alimentos, medicamentos y otros recursos mínimos para la vida, por parte de paramilitares de la zona, con la venia de los militares que favorecen esta situación.
Los estudiantes de la Universidad Industrial de Santander nos organizamos para realizar las labores de recolección de medicamentos, víveres y preparar actividades culturales, talleres de huertas caseras y juegos con los niños; todo esto para llevar a la región. Surgieron muchos inconvenientes—todos económicos—; la falta de solidaridad de muchas empresas que no quisieron colaborar con los aportes para que se llevara a cabo esta acción, fue la constante. Sin embargo llegaron ayudas sorpresivas.
Nos disponíamos varias tardes antes de la salida, a reunirnos y discutir sobre muchos de los `peros´ y los `contras´ que no nos dejaban avanzar el proceso. Finalmente, a pesar de todas las objeciones que nos ponemos, a veces en la arrogancia, fuimos capaces de superarlo y llegar hasta la vereda cañaveral. Pero para lograr esto, pasaron semanas de reuniones, de actividades frustradas, que también fueron semanas de gran expectativa, semanas en las que nos dedicamos a tratar de fantasear como sería el Nordeste que no conocíamos; cómo nos recibirían los campesinos de la región; soñar con las sonrisas de los niños cuando se hicieran realidad todos aquellos juegos que se gestaban en las mentes de las compañeras maestras; de imaginar con cuántas nuevas dolencias se tendrían que enfrentar los compañeros estudiantes de medicina que también se preparaban ansiosos y temerosos de enfrentarse con los campesinos sedientos de un aliento en sus dolores. Semanas de reparar nuestros antiguos y nuevos demonios para enfrentar duras realidades, semanas de reflexión acerca de lo contundente de una realidad colombiana, semanas de conspirar para que todo fuera lo que nuestros compañeros campesinos necesitaban, en fin, semanas y semanas antes del viaje a la vereda de los embrujos....
Los estudiantes de la Universidad Industrial de Santander nos organizamos para realizar las labores de recolección de medicamentos, víveres y preparar actividades culturales, talleres de huertas caseras y juegos con los niños; todo esto para llevar a la región. Surgieron muchos inconvenientes—todos económicos—; la falta de solidaridad de muchas empresas que no quisieron colaborar con los aportes para que se llevara a cabo esta acción, fue la constante. Sin embargo llegaron ayudas sorpresivas.
Nos disponíamos varias tardes antes de la salida, a reunirnos y discutir sobre muchos de los `peros´ y los `contras´ que no nos dejaban avanzar el proceso. Finalmente, a pesar de todas las objeciones que nos ponemos, a veces en la arrogancia, fuimos capaces de superarlo y llegar hasta la vereda cañaveral. Pero para lograr esto, pasaron semanas de reuniones, de actividades frustradas, que también fueron semanas de gran expectativa, semanas en las que nos dedicamos a tratar de fantasear como sería el Nordeste que no conocíamos; cómo nos recibirían los campesinos de la región; soñar con las sonrisas de los niños cuando se hicieran realidad todos aquellos juegos que se gestaban en las mentes de las compañeras maestras; de imaginar con cuántas nuevas dolencias se tendrían que enfrentar los compañeros estudiantes de medicina que también se preparaban ansiosos y temerosos de enfrentarse con los campesinos sedientos de un aliento en sus dolores. Semanas de reparar nuestros antiguos y nuevos demonios para enfrentar duras realidades, semanas de reflexión acerca de lo contundente de una realidad colombiana, semanas de conspirar para que todo fuera lo que nuestros compañeros campesinos necesitaban, en fin, semanas y semanas antes del viaje a la vereda de los embrujos....
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*Realizada en el 2005. Una acción Humanitaria se realiza con el objetivo de brindar solidaridad a una comunidad que este pasando por una problemática de bloqueo de alimentos y medicamentos. En el caso del Nordeste, los paramilitares mantienen un bloqueo argumentando que los víveres que ingresan a la zona es para la guerrilla.
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