En tiempos donde el mundo del entretenimiento rima con la “virtualización” y la estupidez de la vida de los seres humanos; en tiempos donde las preguntas escasean debido a la pereza de espíritus miedosos que no quieren ir en busca de respuestas; en tiempos donde la Mujer modernamente se considera una mera mercancía que se presta para exhibiciones en vitrinas de TV y pasarelas de moda; en tiempos donde el valor mismo de miles de mujeres se ve deteriorado por las fuerzas del porno-mercado…
…En esos tiempos de tanta opresión sutilmente inculcada en las mentes de las personas; en esos tiempos de tanto sufrimiento y dolor de madres, hijas, hermanas—en Iraq, Afganistán, Palestina, Colombia y todo el mundo—; en esos tiempos y lugares donde los fusiles y las bombas y la TV y la indiferencia matan sueños y vidas; en esos tiempos y lugares donde difícilmente se puede encontrar el valor mismo de la vida de una mujer porque se desdibuja culturalmente; en esos tiempos y lugares donde todo esto pasa y queda sepultado a diario entremezclado con realities, noticias de farándula y pasarelas que matan el espíritu femenino; en esos tiempos y lugares de confusión y malestar social…
…Sí, ¡en esos tiempos que son nuestros tiempos!; escribimos con una energía de gritos, de llanto, de risas, de furia y de miedo de mujer, que se entremezclan para declararnos, ¡dichosas y dichosos de hacerlo!, mensajeras y mensajeros de vidas femeninas; ¡Sí!, nos declaramos mensajeras y mensajeros de vidas porque solo el espíritu femenino es el que guía la pluma que escribe lo que no se ve ni se dice; porque es el puño de una mujer, de aquí para allá, el que lleva un mensaje beligerante lleno de fuerzas en estas páginas; porque es la niña, la jovencita, la mujer y la anciana las que se unen en una sola voz; porque son los talleres de mujeres, el calor humano de campesinas, lo íntimo de una escritora, el valor de los indígenas, el ahínco de unas jóvenes, el recuerdo de una chiquilla, el sueño de una mujer y muchos otros instantes e historias de aconteceres de la realidad que no se dicen ni se ven, los que evidencian su lucha silenciosa; porque son ellas mismas quienes aclaman y construyen y trabajan y estudian por una transformación cultural sin patriarcado; porque son ellas las que orgullosas desfilan sus ideas por estas páginas, para recordarnos y resaltar con imponencia, los senos que amamantan cambios silenciosos y los deseos de parir a gritos un mundo mejor (Editorial segunda edición, "La mujer en la contemporaneidad: ¿+, -, = ?", noviembre 2004).
…En esos tiempos de tanta opresión sutilmente inculcada en las mentes de las personas; en esos tiempos de tanto sufrimiento y dolor de madres, hijas, hermanas—en Iraq, Afganistán, Palestina, Colombia y todo el mundo—; en esos tiempos y lugares donde los fusiles y las bombas y la TV y la indiferencia matan sueños y vidas; en esos tiempos y lugares donde difícilmente se puede encontrar el valor mismo de la vida de una mujer porque se desdibuja culturalmente; en esos tiempos y lugares donde todo esto pasa y queda sepultado a diario entremezclado con realities, noticias de farándula y pasarelas que matan el espíritu femenino; en esos tiempos y lugares de confusión y malestar social…
…Sí, ¡en esos tiempos que son nuestros tiempos!; escribimos con una energía de gritos, de llanto, de risas, de furia y de miedo de mujer, que se entremezclan para declararnos, ¡dichosas y dichosos de hacerlo!, mensajeras y mensajeros de vidas femeninas; ¡Sí!, nos declaramos mensajeras y mensajeros de vidas porque solo el espíritu femenino es el que guía la pluma que escribe lo que no se ve ni se dice; porque es el puño de una mujer, de aquí para allá, el que lleva un mensaje beligerante lleno de fuerzas en estas páginas; porque es la niña, la jovencita, la mujer y la anciana las que se unen en una sola voz; porque son los talleres de mujeres, el calor humano de campesinas, lo íntimo de una escritora, el valor de los indígenas, el ahínco de unas jóvenes, el recuerdo de una chiquilla, el sueño de una mujer y muchos otros instantes e historias de aconteceres de la realidad que no se dicen ni se ven, los que evidencian su lucha silenciosa; porque son ellas mismas quienes aclaman y construyen y trabajan y estudian por una transformación cultural sin patriarcado; porque son ellas las que orgullosas desfilan sus ideas por estas páginas, para recordarnos y resaltar con imponencia, los senos que amamantan cambios silenciosos y los deseos de parir a gritos un mundo mejor (Editorial segunda edición, "La mujer en la contemporaneidad: ¿+, -, = ?", noviembre 2004).
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